Palmera Canaria: Origen, Historia y Curiosidades de un Icono Vegetal
La palmera canaria (Phoenix canariensis), endémica de las Islas Canarias, es una de las especies más majestuosas del mundo vegetal, reconocible por su robusto tronco cubierto de cicatrices, su densa corona de hojas pinnadas y sus frutos llamados támaras, pequeños y de sabor amargo, pero ricos en antioxidantes. Desde tiempos aborígenes ha sido un recurso vital para elaborar fibras, techos y la célebre miel de palma de La Gomera. Su belleza y resistencia la llevaron en el siglo XIX de Canarias a la Riviera Francesa, y de allí a jardines y avenidas de todo el mundo, incluyendo ciudades como Toledo, donde adorna parques y espacios urbanos. Sin embargo, hoy enfrenta una grave amenaza: el picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus), un escarabajo invasor que devora su interior y puede matarla, poniendo en riesgo este auténtico símbolo de exotismo y patrimonio natural.
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Origen y distribución
La palmera canaria es una especie endémica de las Islas Canarias, conocida científicamente como Phoenix canariensis. Su nombre combina el término Phoenix —del género definido por Carlos Linneo— y canariensis, que alude directamente a su procedencia. Aunque nació en un entorno atlántico subtropical, su capacidad de adaptación le ha permitido crecer en climas templados de todo el mundo, desde la cuenca mediterránea hasta América, Oceanía y Asia.
Características botánicas
La palmera canaria es una planta de gran porte, que puede alcanzar los 20 metros de altura y un diámetro de tronco de hasta 1 metro. Su estípite es recto, robusto y columnar, cubierto por un patrón regular de cicatrices en forma de rombo, vestigios de las hojas que caen con el tiempo.
En la parte superior se forma una copa densa con entre 60 y 100 hojas pinnadas, de hasta 7 metros de largo cada una, arqueadas y de color verde intenso. Las hojas se componen de 150 a 200 foliolos rígidos, mientras que los folíolos inferiores están modificados en espinas duras y amarillentas que protegen el tronco.
Es una especie dioica: hay ejemplares masculinos y femeninos. Las palmeras macho producen inflorescencias compactas y cargadas de polen, mientras que las hembras desarrollan inflorescencias más grandes y ramificadas que, tras la polinización, generan el fruto: la támara, pequeña, ovoide, de color amarillo anaranjado, poco carnosa y de sabor amargo.
Cómo identificarla y diferenciarla de otras palmeras
Reconocer una Phoenix canariensis es sencillo si observamos:
Tronco: grueso, liso al tacto pero con patrón rómbico visible, de color marrón claro.
Copa: muy compacta y simétrica, proyecta una sombra densa.
Hojas: largas y arqueadas, de verde intenso, con base armada de espinas.
Frutos: pequeños (1,5-2,3 cm), amarillos o anaranjados, no comestibles.
Comparación con la datilera: la palmera datilera (Phoenix dactylifera) tiene un tronco más estrecho, a menudo con hijuelos en la base, copa más abierta y hojas de tono verde grisáceo. Sus frutos son dátiles dulces, alargados y comestibles.
Usos tradicionales
En Canarias, la Phoenix canariensis ha sido aprovechada desde la época de los aborígenes. De sus hojas se obtenían fibras para cestos, esteras, cuerdas y techos. El tronco servía como viga o se ahuecaba para fabricar colmenas. Incluso las partes leñosas y secas se empleaban como combustible.
Uno de sus productos más emblemáticos es la miel de palma (o sirope de palma), obtenida de la savia o “guarapo” mediante un proceso artesanal que consiste en hervirla durante horas hasta lograr un espeso sirope de sabor intenso. Este producto es típico de La Gomera y se consume con quesos, postres o como endulzante natural.
De Canarias al mundo
Aunque ya se conocía en botánica desde principios del siglo XIX, fue a partir de la década de 1860 cuando la palmera canaria se popularizó como planta ornamental en la Riviera Francesa. Allí se convirtió en símbolo de lujo y exotismo, asociada a hoteles, mansiones y paseos marítimos. Desde Francia se exportó a Florida, California, Australia y numerosos países mediterráneos, convirtiéndose en un elemento recurrente en el paisajismo urbano.
Amenazas: el picudo rojo
El mayor enemigo actual de la Phoenix canariensis es el picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus), un escarabajo originario del sudeste asiático. La hembra deposita sus huevos en la corona de la palmera, y las larvas se alimentan del tejido interno, destruyendo la yema apical y provocando la muerte del ejemplar. El problema es que sus síntomas externos son tardíos, lo que complica la detección temprana.
La palmera canaria en Toledo
En Toledo, aunque no es tan abundante como otras especies arbóreas, se pueden ver ejemplares notables en el entorno del río Tajo y en los jardines del Campus Tecnológico de la Antigua Fábrica de Armas. Allí, su silueta tropical contrasta con el paisaje histórico y monumental de la ciudad.
Aprende a identificarla
- Presenta un gran penacho de hojas pinnadas y arqueadas.
- Estas hojas pueden alcanzar una longitud considerable, hasta 2 metros.
- Son más anchas y menos rígidas que las de la palmera datilera.
- El color de sus hojas es un verde vibrante, generalmente no azulado, a diferencia del verde-azulado o verde-grisáceo de la datilera.
- Los segmentos de las hojas, es decir, las hojuelas, son estrechos, lineares o linear-lanceolados, y se pliegan hacia el haz (lo que se conoce como induplicados), mostrando la parte abierta en la cara superior. Además, el pecíolo (el tallo de la hoja) es espinoso.
- Es una planta dioica, lo que significa que existen pies masculinos y femeninos con flores separadas en diferentes individuos.
- Las flores son pequeñas, con dos envueltas compuestas por tres piezas.
- Nacen agrupadas en grandes inflorescencias ramosas, que están protegidas por brácteas alargadas de gran tamaño.
- En las flores femeninas, un punto clave de diferenciación es que las piezas externas son solo un poco más cortas que las internas, a diferencia de la palmera datilera, donde las piezas internas son el doble de largas.
- Los frutos son dátiles ovoideos, muy pequeños, midiendo entre 1 y 2,3(2,5) cm.
- Son característicos por tener mucho hueso y muy poca carne.
- Su color evoluciona de amarillento o anaranjado a castaño a medida que maduran.
- Aunque son comestibles, son más adecuados para el ganado que para el consumo humano, ingiriéndose a veces por personas en épocas de escasez.
- Es un árbol de porte esbelto y elegante.
- Su tronco, a diferencia de otras palmeras como la datilera (Phoenix dactylifera), es más corto y grueso.
- Un detalle que no se os puede escapar es que el tronco suele estar cubierto por completo con la base de las hojas antiguas. Estas plantas presentan uno o varios troncos con un diámetro superior a los 5 cm.
Otras características reseñables
